Las musarañas comunes (o de bosque) son muy activas y necesitan mucha energía. No hibernan y están constantemente ocupadas buscando comida. En invierno reducen su altura y peso para necesitar menos energía. Incluso sus huesos y órganos se encogen, para volver a crecer en primavera. Este proceso de encogimiento y nuevo crecimiento es congénito. Sin embargo, cada musaraña sólo lo experimenta una vez, porque sólo viven un máximo de 13 meses.
Las musarañas tienen mala vista, pero oyen, huelen y sienten mejor. Además, al igual que los murciélagos, utilizan sonidos ultrasónicos para orientarse por ecolocalización.
Las musarañas son solitarias y vigilan estrictamente su recinto. Sin embargo, en época de celo, los machos vagan en busca de hembras. Para dar a luz y criar de 4 a 8 crías, la hembra construye un nido en forma de cúpula cerca de buenas fuentes de alimento. Éstas pueden ser, por ejemplo, jardines ricos en especies, como aquí, en la "Haus der Natur".